Para elegir residencia, en primer lugar, debe revisar la necesidad de valorar si es la “opción adecuada” a las necesidades de la persona mayor, teniendo en cuenta “su estado físico y mental, su entorno social y familiar y si el hogar en el que vive está capacitado para responder a su situación”.
La primera recomendación es evitar la búsqueda por Internet , de ahí la importancia de no decidirse por ninguna residencia hasta haberla visitado, procurando hacerlo sin concertar cita previa. Expertos señalan que es muy importante elegir centros que, en la medida de lo posible, traten de conservar la autonomía de los residentes, y que, para ello, tengan un “buen servicio de fisioterapia” y de terapia ocupacional. Por último, en referencia a la legalidad del centro, deben estar expuestos los documentos que acrediten que cuenta con todos los permisos y licencias pertinentes.
Antes de decidir el ingreso definitivo de una persona mayor en una residencia geriátrica conviene valorar bien si esa es la opción adecuada a sus necesidades, teniendo en cuenta su estado físico y mental, su entorno social y familiar y si el hogar en el que vive está capacitado para responder a su situación y facilita una correcta atención. Existen diferentes opciones que hay que valorar para ver si esa persona puede permanecer en su domicilio o con su familia, si es posible: servicios como la ayuda a domicilio, comidas a domicilio, y sistemas de seguridad en el hogar, adaptaciones en la vivienda y soluciones domóticas, centros de día, así como estancias temporales en residencias.
Es recomendable acudir a un profesional para asesorarse sobre la alternativa más adecuada, así como para conocer si puede acceder a un servicio público o recibir alguna ayuda en función de su situación personal y económica.
Nunca se debe elegir una residencia sin haber visitado previamente todas las que hayamos seleccionado por nuestras necesidades de servicio. Es muy importante la disposición del centro a enseñarnos sus instalaciones y explicarnos sus servicios con facilidad. En un horario prudente (que respete las horas de comida y sueño), hacer una visita a un centro sin haber concertado cita por teléfono previamente, y que este centro tenga la disposición de enseñarnos todas sus instalaciones y darnos toda su información en cuanto al servicio que prestan, refleja una buena disposición y seguridad del mismo.