Las investigaciones actuales indican que nos encontramos, como sociedad, más solos que nunca. El grupo de edad que experimenta una soledad más marcada son los adultos mayores.

Las obligaciones y ajetreos propios de la vida cotidiana hacen que, en ocasiones, los familiares no dispongan de tiempo suficiente para dedicarle a la persona adulta mayor. Debemos tener en cuenta que lo realmente importante para nuestra población adulta mayor es la calidad del tiempo que los familiares pasan con ellos y no la cantidad del mismo. Definitivamente ningún regalo puede sustituir esto.

La sociedad actual nos ha enseñado que casi todo tiene precio. Cuando ni por todo el dinero del mundo podemos comprar unos minutos más de vida. El tiempo vale oro. Y los adultos mayores lo saben muy bien.

Mitos dañinos sobre la tercera edad

Existe una falsa creencia de que al llegar a la tercera edad se acaban las aspiraciones, sueños, metas, viajes. Algunas personas incluso creen que a esta edad no es necesario compartir con familiares y entre pares, entre otros. Esta suposición es errada y asumirla causa daños emocionales y sicológicos, así como deterioro de las relaciones familiares y dentro de su círculo social.

Es una realidad que con la edad disminuye la motivación para actividades físicas y mentales; influenciado esto por la existencia de barreras motivacionales como la pasividad y las restricciones o limitaciones por la edad o salud, el deterioro de las potencialidades con la vejez, la imagen propia de la persona adulta mayor, además de las patologías que podrían presentar. Pero eso no significa que debamos dejarlos a un lado o que no quieren hacer nada. Las señales donde se muestran relaciones deterioradas con el adulto mayor se centran en el abandono, la forma de hablarles, no hacerlos participes de las actividades, aislarlos en el diario vivir y no llevarlos a actividades sociales, maltratos físicos, sicológicos o verbales, e incluso abuso económico.

Por eso cuando se sustituye la visita al adulto mayor por un regalo material, de alguna manera es una muestra de relaciones deterioradas. De ahí la importancia de que las familias creen conciencia del valor del tiempo que se le dedica a los adultos mayores.

Tendencia al aislamiento

La soledad es contagiosa. Los adultos mayores que se sienten solos son más propensos a tener comportamientos antisociales que causan que otros no quieran estar cerca de ellos. El aislarse, en algunos casos, quizás sea un factor de percepción sensorial que se ve afectado por la alteración de los órganos sensoriales que van disminuyendo debido al envejecimiento, un ejemplo son los problemas auditivos. Por lo que es responsabilidad de la familia el incluirlos, por ejemplo,a la mesa y compartir, tener temas donde se pueda conversar y siempre preguntarles cómo se sienten, ya que es importante que se sigan sintiendo un pilar en cada una de las familias. Siempre es importante buscar la atención de un profesional. La motivación, tolerancia y amor por parte de las familias son fundamentales para el adulto mayor y su calidad de vida.

Tiempo para ellos

Con gran frecuencia no escuchamos lo suficiente a las personas que queremos. Si realmente amamos a nuestros adultos mayores debemos dedicar tiempo para escucharlos. Eso puede ayudar a descubrir esas pasiones e intereses que permanecen latentes y puede ayudar a desarrollar una estrategia para luchar contra el aislamiento. Debemos dejar que nos enseñen y crear un puente sobre la brecha generacional. Si definitivamente no podemos desplazarnos, el dedicar horas algo tan sencillo como enviar una carta, enviarle su comida favorita o llamarle para saludarlo un par de veces por semana, pueden tener un gran impacto en lograr que el adulto mayor se sienta querido y conectado con el resto de la familia. Las relaciones que los adultos mayores procuren durante la tercera edad, no se basan en la cantidad sino en qué tan significativas o valiosas sean estas para ellos. Es importante que la familia del adulto mayor tome conciencia y se organice para dedicar tiempo de calidad, tiempo en el que disfruten de su compañía, de cariño, aprendizaje y desarrollo de habilidades.

Fuente:

  • Dra. Valeria Monge Jiménez.
  • Terapeuta Ocupacional. TO-196.
  • Casa Israel Residencia Geriátrica
  • Teléfono: (506) 2537 1505

Tomado de la Revista Perfil